Con motivo del próximo e inminente estreno de su nueva película, Habitación en Roma, Julio Médem ha pasado recientemente por la UC3M, más concretamente para grabar un programa de televisión para promocionar esta nueva obra con alumnos de la universidad como público. El programa es, como muchos conocemos, ‘Taller de cine’ de Canal +, y la grabación del mismo, para los lectores que no hayan asistido a ninguno, consiste en una entrevista realizada por Antonio Muñoz de Mesa y un coloquio posterior con los allí presentes. Ocasionalmente, se proyecta la película sobre la que se va a hablar después -tal y como sucedió en anteriores grabaciones como la de Rec 2 (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2009) y Las viudas de los jueves (Marcelo Pineyro, 2009)-, pero esta vez no cayó esa breva: los productores del programa se limitaron a grabarnos mientras mirábamos fotografías del filme para fingir que lo habíamos visto, todo sea por conservar el secreto sobre la película hasta el último momento.

La entrevista que se le hizo al director vasco fue larga y difícil, no tanto por  las pregutas sino porque la personalidad de Médem -según vimos, muy tímido- le impidió hablar más allá del cuello de su camisa, y eso hizo que algunas partes resultaran más que difíciles de escuchar. Reflejo de esa curiosa personalidad de la que hablo, asisitimos al discurso de un director visiblemente inquieto y sensible, preocupado por el ser humano, sus circunstancias y psicología: parece contradictorio que alguien tan aparentemente tímido demuestre una personalidad tan arrolladora en sus filmes.

En el coloquio con el público, tuve la oportunidad de preguntarle acerca de la situación actual de su carrera. Más concretamente mis cuestiones fueron las siguientes:

-Habiendo sido alabado justamente por crítica y público con algunas de sus producciones, ¿cómo se siente al ver que, ante sus dos últimos filmes (La pelota vasca [2003] y Caótica Ana [2008]), la reacción de ambos ha sido más fría? ¿Sufre, toma nota o ignora esas reacciones?

-¿Qué respuestas espera obtener por parte de crítica y público con el estreno de su nueva película, Habitación en Roma? (Esta última pregunta estaba motivada por el rumor extendido por algunos de que con este nuevo trabajo lo único que pretende el realizador vasco es recuperar el favor del público y tener una reacción favorable en taquilla al optar por un planteamiento narrativo más sencillo de lo habitual en él).

Las respuestas de Médem fueron, según creo, muy honestas y sinceras, y además las enunció mirando a los ojos, demostrando que es consciente de que se espera mucho de él y teme decepcionar. En relación a la primera película, dijo que al principio de su carrera sí se preocupaba más por leer las críticas sobre sus películas, pero que con el paso del tiempo había dejado de hacerlo, consciente de que muchos críticos juzgan de una manera frívola simplemente para dar a sus lectores lo que quieren, que muchas veces no es precisamente la opinión más objetiva. Nos puso de ejemplo cuando estrenó La ardilla roja a principios de los 90: en Madrid las publicaciones especializadas le pusieron a su película, según él, cinco ceros, mientras que en Cataluña la respuesta de los críticos fue mucho más favorable e incluso llegó a llevarse premios como el de mejor película en algunos certámenes regionales. De una manera sensata y visiblemente sincera (una sinceridad que no todos los directores están dispuestos a permitirse) consideró lo influyente de la crítica para el público que ve sus películas, hecho que resultó muy evidente con el resultado en taquilla de Caótica Ana, condenada por algunos críticos, y por ello con menor recaudación. Afirmó que le preocupaba su público y que una respuesta negativa por parte de él le hacía valorar sus posibles fallos en la dirección para mejorar en sus siguientes proyectos; sin embargo, afirmó que tenía un cariño especial a Caótica Ana precisamente por haber sido tan maltratada por algunos sectores, añadiendo que él cuando estrena una película lo hace convencido de su calidad y de que puede merecer la pena ser vista. En lo referido a La pelota vasca, consideró que la crítica fue excesivamente dura con él debido al mensaje político que contenía el filme, mejor dicho, el punto de vista con el que abordaba el problema del terrorismo vasco, y que por ello mucha gente vapuleó la película sin siquiera haberla visto.

En lo respectivo a Habitación en Roma, afirmó que era una película con la que esperaba conectar con la gente, pues en la sociedad actual siente que hace falta afecto y contacto humano de alguna forma, que las relaciones humanas se han mecanizado respondiendo a convencionalismos que las han convertido en más frías. Se mostró visiblemente inquieto con la reacción del público del Festival de Málaga que la vería en pocos días.

Al terminar el encuentro, se mostró dispuesto a firmar autógrafos y hacerse fotos con todos los que quisieron, mostrando una gran humildad que los asistentes a estos talleres de cine hemos podido ver en pocas ocasiones, pues directores cuya contribución al cine español ha sido sin duda inferior, como Paco Plaza y Jaume Balagueró, optaron por pasar de puntillas por esto de relacionarse con los fans para salir huyendo al poco.

Pocos días después, durante el Festival de cine de Málaga, se le ha dedicado un ciclo retrospectivo a Julio Médem, y como colofón del evento se ha proyectado  por primera vez Habitación en Roma, sobre la que los “privilegiados” que ya la han podido ver han escrito en diversas páginas para aficionados al cine. Sus primeras impresiones se pueden leer en sitios como este:

http://www.filmaffinity.com/es/film720452.html

En cuanto a la personalidad de Médem, me dejó intrigado y con ganas de conocerle más en profundidad: me dio toda la impresión de que se trata de una rara avis en un mundo como el del cine en el que el ego domina y mata muchas carreras.

[¡Ojito a la foto, pues sobre ella voy a reflexionar en mi próximo post!]